La Decoración de los Órganos Tubulares de Oaxaca

(Siga el enlace de cada órgano para obtener mayor información y fotos adicionales)

Entre los órganos mexicanos, los órganos de Oaxaca se distinguen por su exuberante decoración. 

Las hermosas cajas policromadas y los tubos de la fachada de muchos instrumentos del siglo XVIII siguen cautivando a los amantes de los órganos de todo el mundo. Algunos de estos órganos podrían considerarse como obras de arte por derecho propio aún sin emitir jamás un sonido.

LA HISTORIA Y LA GEOGRAFÍA INFLUYERON EN LA DECORACIÓN DE LOS ÓRGANOS

En la época de la Conquista, el actual estado de Oaxaca albergaba algunas de las civilizaciones más avanzadas de Mesoamérica, así como una gran diversidad de zonas ecológicas. 

La sofisticada herencia artística de sus antepasados ​​precolombinos y el esplendor de su entorno natural con una flora y fauna profusamente coloridas, debieron haber sido absorbidos por la psique de sus pobladores. Además, el particular terreno montañoso de Oaxaca mantuvo aisladas y menos aculturadas a las comunidades nativas frente al resto de la Nueva España, y las tradiciones originarias nunca fueron suprimidas por completo.

Los misioneros dominicos parecen haber alentado el deseo indígena de decorar los objetos apreciados, entre ellos los órganos. 

Los franciscanos, más austeros, influyeron en la construcción de órganos en la zona de la Ciudad de México-Puebla. Las cajas de estos órganos, en particular las de dimensiones medianas y pequeñas, estaban bien diseñadas, pero, con pocas excepciones, no estaban decoradas con el hermoso colorido de sus homólogos oaxaqueños. El estilo “barroco indígena” con el que se decoraban las iglesias de Oaxaca abarcó no solo la exuberante decoración de los órganos, sino también la de los retablos y sus ornamentos, así como la pintura interior de los templos.

En el siglo XVIII Oaxaca ya contaba con talleres de organería bien establecidos que incluían artesanos nativos talentosos. 

Los artesanos y los artistas eran anónimos por lo que probablemente nunca se conocerá su identidad, ya sea que fueran indígenas o europeos. En un taller de organería bien establecido, los organeros especializados construían los componentes mecánicos; los carpinteros expertos construían la caja; los talladores elaboraban las celosías, la decoración de las cenefas, los medallones, las guardamalletas y otros elementos ornamentales de la fachada; los doradores aplicaban la hoja de oro a las tallas y las cornisas; los pintores coloreaban los ángeles músicos, las cenefas y fondos decorativos, la ornamentación de los tubos y demás imágenes religiosas. Pero tocaba a los artistas, ya fueran criollos (españoles nacidos en México) o nativos, pintar las refinadas imágenes de los santos de la fachada de los órganos como ocurre en Zautla y Tamazulapan. Todos estos artesanos, con excepción de los organeros, también podían participar en la realización de un retablo, pero sólo el organero tenía la capacidad de crear un “retablo que pudiera cantar.”

DOS PERIODOS EN LA CONSTRUCCIÓN Y DECORACIÓN DE LOS ÓRGANOS: EL BARROCO Y EL NEOCLÁSICO

ELEMENTOS DEL DISEÑO BARROCO (ca. 1700-1800)

Los costados de la caja inferior de los órganos oaxaqueños fijos presentan unas protuberancias redondeadas que se conocen como “caderas”. 

Esta es una característica distintiva frente a los órganos mexicanos construidos en otras regiones y la encontramos prácticamente en todos los órganos oaxaqueños del periodo que se sitúa entre 1703 y 1884. Se sabe que las caderas ya existían en órganos más antiguos por lo que su origen es anterior a 1703. Cuándo y por qué surgió esta característica, es un misterio. Es un elemento decorativo más que estructural que suaviza los contornos angulares de la caja del órgano, pero que también contribuye a darle una apariencia más impresionante al instrumento.

Hips on the organ Santa María Tiltepec (1703)

Hips on La Basílica de La Soledad (1719)

Tallas en forma de volutas que forman espirales adornan la caja superior, incluyendo las celosías, las orillas y el remate.

Santiago Teotongo (ca. 1750)

Cornisas fracturadas forman el perfil de la caja superior.

Medallones circulares u ovalados aparecen en hileras o pares simétricos. 

Las cajas inferiores de los órganos monumentales de la Basílica de la Soledad y de Santo Domingo Yanhuitlán estuvieron profusamente decoradas con imaginería no religiosa que es poco usual.

Los motivos ornamentales equilibran la profusa decoración de las cajas superiores ricamente talladas y doradas. Sin embargo, los diseños parecen ser solamente decorativos y no simbólicos. Los elementos religiosos nunca aparecen en las cajas inferiores probablemente porque era un área de trabajo ocupada por el teclado y los tiradores de los registros. La sección más importante y mayormente decorada, aquella en donde la música es producida por los tubos, es la superior.

Dos extrañas y fantásticas figuras en imagen especular adornan el órgano de La Soledad. Llevan faldas cortas y sus extremidades se transforman en volutas arremolinadas. Dos palomas complementan al diseño de cada lado. En Yanhuitlán, de manera similar, dos pájaros de perfil se transforman en volutas abstractas. El estilo del diseño es tan parecido en los dos órganos que es posible que el mismo artista haya pintado ambas cajas.

La caja inferior del órgano de la Catedral (1712) también pudo haber sido decorada de forma caprichosa, pero desafortunadamente no queda rastro alguno del original. Algunas figuras de pájaros están integradas en las tallas doradas de la caja superior y pudieron haber formado parte de la decoración de la caja inferior.

Las cajas inferiores de los órganos de gran tamaño situados en los coros altos, no estaban decoradas. 

No eran visibles desde la parte inferior del templo debido al piso del coro, la posición lateral del órgano y la balaustrada. Por lo tanto, no tenía sentido invertir en adornar una caja inferior. La caja superior habría sido el punto focal; los tubos dispuestos en sus torres y las tallas que los rodeaban habrían sido visibles sin importar lo alto que fuera el coro. Las caderas de la caja inferior representaban más una tradición constructiva que un detalle decorativo. Si el techo del coro era demasiado bajo, el órgano se ubicaba en una tribuna lateral más cerca del piso y, por lo tanto, era más visible. 

Santiago Teotongo (ca. 1750)

IMÁGENES RELIGIOSAS DE LA CAJA SUPERIOR DEL ÓRGANO DE YANHUITLÁN 

El monumental órgano de Yanhuitlán es el único que presenta símbolos dominicos pintados en la caja. 

Se reconoce la cruz blanca y negra, el perro (domini canis) que porta una antorcha y la estrella de ocho puntas. La decoración de la caja inferior está hecha a base de pájaros estilizados que se transforman en remolinos, similares a las extravagantes formas humanas del órgano de La Soledad. La pintura también parece buscar el equilibrio decorativo frente a la opulenta ornamentación de la caja superior; el motivo de los pájaros parece ser puramente decorativo. Una serena estatua de san Juan Bautista se encuentra en la parte superior de la torre central, mientras que el rostro agonizante de un moro, oculto en las profundidades de las tallas de su base, está siendo aplastado por el peso de los enormes tubos del órgano. 

IMÁGENES RELIGIOSAS EN LOS ÓRGANOS FIJOS MEDIANOS DE 4´

Las cajas de estos órganos más pequeños se pintaban con colores brillantes y usualmente incluían imágenes religiosas.

En los templos se apreciaban más los órganos decorados que los no decorados. En general, cuanto más pequeño era el órgano, más encantadora era la decoración. Las imágenes eran didácticas y realistas, no fantásticas. En contraste, los órganos grandes de 8´ tenían la intención de ser imponentes. No se decoraban con figuras religiosas, con excepción de las imágenes situadas en lo alto de las torres, ni contaban con registros de juguetes. 

El órgano de San Dionisio Ocotepec, que estuvo originalmente en Santa María Tlacolula, es el más antiguo que se conoce con una decoración a base de figuras religiosas. 

En los costados se representan imágenes de santos eruditos de la iglesia. Las puertas del órgano, que fueron desmontadas, enmarcadas y colgadas en la sacristía, muestran las dos figuras religiosas asociadas con la música: el Rey David tocando un arpa y Santa Cecilia tocando el órgano. Las pinturas fueron retocadas en el siglo XX. 

El órgano de San Jerónimo Tlacochahuaya es el más conocido y apreciado de Oaxaca. 

Su decoración combina a la perfección con el interior de la iglesia. La caja está pintada con diseños florales ondulantes en la fachada, ángeles músicos en los costados y San Jerónimo en el remate. 

IMÁGENES RELIGIOSAS EN LOS ÓRGANOS DE MESA DE 4´

La caja del órgano de Zautla está decorada en todos sus lados con santos y sus atributos. 

Se puede leer como un libro de seis páginas rectangulares. En los costados están representados los santos Pedro y Andrés, y en las puertas los arcángeles San Miguel, Rafael, Uriel y Gabriel.

La decoración original de la caja del órgano de Quiatoni fue repintada a finales del siglo XIX. 

El órgano es idéntico en su construcción a los órganos de San Andrés Zautla y San Pedro Yucuxaco. Es posible ver los cascos y parte de los rostros de los arcángeles, muy parecidos a los de Zautla, asomando por debajo de los rostros grutescos de las puertas. 

El órgano de la lejana comunidad de Santiago Guevea de Humboldt está decorado en su totalidad en estilo barroco. 

En los costados están pintados ángeles músicos: el de la derecha toca un bajón y el de la izquierda una corneta. Lamentablemente ambas imágenes están muy deterioradas. Los tubos están decorados de manera exuberante pero rústicamente (véase abajo).

IMAGINERÍA RELIGIOSA EN LOS ORGANOS DE MESA DE 2´

Oaxaca cuenta con una colección incomparable de seis órganos de 2' ubicados en la región de la Mixteca Alta; la mayoría se decoró con imágenes religiosas. 

Al parecer fueron construidos siguiendo el modelo de los primeros órganos de mesa importados de España durante el siglo XVI. En Europa existen muy pocos instrumentos de este tipo y queda demostrado que fueron de gran utilidad en la Nueva España durante el proceso de la evangelización. El primer órgano documentado en Oaxaca en 1544 pudo haber sido un órgano de mesa como los de este tipo. Seguramente estaba decorado, pero es imposible imaginar cómo. 

Los órganos decorados más pequeños se ubicaban originalmente en la planta baja de la iglesia.

Por lo general, estaban pintados con imágenes religiosas que parece haber tenido un propósito didáctico. Estas iglesias a menudo carecían de un coro, pero una vez construido, los órganos se movieron a ese lugar y prácticamente quedaron fuera de la vista de la gente después del traslado, con excepción del organista y otros músicos. Para el siglo XVIII, la mayoría de los órganos pequeños ya no se movían de lugar; su fina decoración indicaba que no estaban destinados para ser usados en peregrinaciones al exterior del templo. 

Se conoce con seguridad la fecha de construcción de dos de estos órganos: 1724 y 1730, y puede suponerse que los otros se construyeron en la misma época. 

Por lo general, todos estaban decorados con figuras religiosas que cubrían las siete caras rectangulares de la caja (si se incluía la cara posterior), como si fueran las páginas de un libro de cuentos usado para enseñar a la gente. Se representan santos y arcángeles con sus atributos y ángeles músicos con sus instrumentos (bajón, viola da gamba, corneta, viola, laúd, arpa). Los fondos se pintaban con motivos alegres (follajes en espiral, flores, diseños repetidos en los bordes). Todos los órganos pequeños poseían registros de juguetes como el tambor y los pajaritos. 

TUBOS DE LA FACHADA DECORADOS CON MASCARONES Y FLORES

Caras grotescas o mascarones adornan los tubos de la fachada de los órganos del siglo XVIII. 

Cantan a través de la boca del tubo. Sus expresiones feroces contrastan con las imágenes serenas de los santos y ángeles músicos pintados en la caja o en las torres. Este tipo de decoración se usó en Europa antes del siglo XVI, por lo que ya había pasado de moda. La tradición prevaleció en España y se exportó al Nuevo Mundo.  Además de los tubos decorados de los órganos que se mencionarán más adelante, existe evidencia de su existencia en los órganos de la Catedral y de Tejupan

La decoración de los tubos a base de mascarones también se encuentra en órganos de otras partes de México, sin embargo, es usual encontrar decoraciones más modestas, en algunos casos a base de patrones repetitivos aplicados con plantillas. En cambio, en Oaxaca encontramos una decoración a base de flores policromadas que abarca la totalidad de la longitud del tubo, un espacio para decorar que los artesanos locales no pudieron resistir. Encontramos desde decoraciones de gran finura (Tlacolula) hasta de formas más rústicas (Guevea), dependiendo de la prosperidad, el tamaño y la ubicación de la comunidad.

Santiago Lachiguiri (de un órgano anterior)

Santiago Chazumba Los tubos fueron elaborados y decorados en Puebla.

Basílica de La Soledad (1719) La pintura decorativa fue cubierta con esmalte y posteriormente con un sellador blanco en el siglo XX.

Los ángeles trompeteros, que en algún momento se colocaron sobre cada una de las cinco torres del órgano de Teotongo, se incluyen en esta sección de los tubos decorados ya que no se trata de imágenes silenciosas. Un tubo del registro del clarín atravesaba cada cuerpo, lo que permitía que las figuras del arcángel San Miguel y los cuatro ángeles, cantaran a través de las trompetas (hoy desaparecidas) unidas a sus bocas en forma de O. Se ha documentado la presencia de figuras de ángeles y otras estatuas religiosas colocadas de pie en órganos monumentales, pero con fines solamente decorativos. Alguna vez, cuatro ángeles estuvieron en las torres laterales del órgano de la Soledad junto con el arcángel San Miguel al centro: posteriormente se rellenaron los espacios vacíos con la decoración tallada.

En Puebla y Tlaxcala se pintaban mascarones en los tubos de los órganos, pero el cuerpo del tubo no se decoraba.

Basílica de Ocotlán, Tlaxcala

San Martin Texmelucan, Puebla

DETALLES CURIOSOS EN LAS TALLAS DE LAS FACHADAS DE LOS ÓRGANOS OAXAQUEÑOS

Rostros de perfil con rasgos europeos sobresalen de los costados de la caja del órgano de Tiltepec.

La torre central del órgano de San Pedro Mártir Yucuxaco muestra rostros de perfil con facciones indígenas

Los medallones redondos sobre las tres torres principales del órgano de San Pedro Ozumacin encierran imágenes de herramientas de construcción: un compás en el centro y escuadras a ambos lados.

El rostro tallado en lo alto de la torre central de San Matías Jalatlaco podría representar al organero Pedro Nibra.

San Pedro Ozumacín (1780 – 1800)

CONTRASTES DECORATIVOS EN ORGANOS DE LA ÉPOCA BARROCA

Los órganos de San Mateo Yucucui y Santiago Teotongo tienen perfiles similares, pero su aspecto es muy diferente.

Una caja se dejó con el acabado natural y la otra fue profusamente decorada. Podemos suponer que el órgano de Yucucuí estaba destinado a ser pintado y dorado al estilo barroco para armonizar con los espléndidos retablos de la iglesia. Sin embargo, el dinero debe haberse acabado después del considerable costo de la construcción y el proyecto nunca se completó, algo que ocurrió con frecuencia. Algunos órganos fueron “terminados” años o siglos después, y otros nunca se concluyeron. Nótese las cajas inferiores no decoradas.

Santiago Teotongo 
(ca.1750)

El órgano de Santa María Peñoles de 4´ es el órgano de mesa más alto de Oaxaca.

Tiene una altura de 3.20 m (10.5 pies) desde el piso. Los planos de las puertas delanteras fueron pintados con las figuras de músicos, pero únicamente es visible una de ellas tocando un laúd o una guitarra. La decoración parecía estar inspirada por ángeles músicos, pero no hay ninguna indicación de que estos músicos fueran ángeles. El interior fue decorado con diseños florales rústicos mientras los tubos aún estaban en el órgano.

El órgano de mesa de 2´ de Santa María Tlacolula es el más pequeño y uno de los más antiguos de Oaxaca.

Mide 1.92 m (6.3 pies) de altura desde el piso, sin incluir el remate. Tiene sólo dos registros y fue construido específicamente para el pequeño coro de la capilla barroca contigua al templo principal. La pintura del frente de las puertas fue raspada deliberadamente, quizá para eliminar la presencia de unas figuras religiosas políticamente incómodas, tal vez durante el período de la Reforma o la Revolución. El estilo seguido en la representación de frutas y flores en las caras laterales indica una fecha de construcción temprana, ca. 1700.

Las cajas de tres órganos de mesa construidos fuera de Oaxaca están decoradas con paneles con molduras que forman casetones. 

Contrastan notablemente con la decoración totalmente plana de los órganos construidos en Oaxaca. Los órganos de Soyaltepec y Tequixtepec tienen mucha similitud con los órganos de mesa de Tlaxcala, pero poseen 42 teclas mientras que los órganos de mesa de Oaxaca siempre tuvieron 45. Es posible que hayan sido adquiridos de otras comunidades puesto que no se habrían mandado construir en esta forma. El pequeño y elegante órgano de Sor Juana Inés del ex convento de San Jerónimo, en la Ciudad de México, muestra una caja con paneles con casetones y también posee 42 teclas. Se le considera como un prototipo de finales del siglo XVII.

Órgano de Sor Juana Inés

Incluso los órganos más monumentales de Oaxaca eran modestos en comparación con los opulentos órganos de los centros urbanos del norte. 

Órganos con fachadas ricamente talladas y doradas se ven en toda Europa y en las ricas poblaciones mineras de la zona central del Bajío en México. Dos ejemplos: los órganos de Santa Prisca en Taxco y Santa Rosa en Querétaro, ostentan la riqueza y el poder de sus patrocinadores a través de la profusa ornamentación escultórica, el dorado extravagante y las imágenes que adornan las torres. 

Santa Rosa, Querétaro (1752)

Santa Prisca, Taxco, Guerrero (ca. 1760) 

LA TRANSICIÓN DEL BARROCO AL NEOCLÁSICO

Los órganos de Santa María Tlacolula y San Andrés Sinaxtla fueron construidos en el mismo año y tienen perfiles casi idénticos. 

El órgano de Tlacolula de 8´ presenta anacronismos, ya que la decoración de su caja superior y los tubos de la fachada es exuberantemente barroca mientras la decoración de órganos e iglesias ya había comenzado a virar hacia el neoclásico. El órgano alto de 4´ de Sinaxtla es austero en comparación. En la fachada están inscritos audazmente los nombres del donante y su esposa, el costo del órgano y la fecha de construcción (se encuentra información similar pintada en los medallones de la fachada de Tejupan). La construcción de Tlacolula fue financiada por la comunidad, cuya inversión se manifestó en la lujosa decoración del órgano. La construcción de Sinaxtla fue financiada por un individuo cuya inversión se declara mediante información personal inscrita en la fachada del órgano.

Los últimos dos órganos de mesa de 4´ muestran el estilo barroco y neoclásico de forma contrastante

El órgano de Huayapam revela un símbolo religioso inusual sobre la torre central: el vaso y el aspersor de agua bendita (hisopo y asperium). Este órgano parece haber sido pintado hasta el siglo XX, cuando se le aplicó un alegre color rojo (aún quedan vestigios visibles). El color se oscureció después de ser barnizado. El órgano de mesa de color azul de San Miguel del Valle, también pintado después de su construcción, exhibe columnas estriadas neoclásicas y guardamalletas talladas en la fachada.

San Miguel del Valle 
(ca. 1800)

LA DECORACIÓN NEOCLÁSICA EN LOS ÓRGANOS (1792 – 1884)

A pesar de que el aspecto mecánico de los órganos oaxaqueños cambió poco en dos siglos, el aspecto visual si cambió drásticamente. 

A finales del siglo XVIII, el péndulo estético había oscilado del vibrante barroco al sobrio neoclásico, de la excitación a la discreción. La influencia dominica había menguado y finalmente desapareció con la secularización de las parroquias, y un estilo más estandarizado, influido por los órganos construidos en Puebla, reemplazó la tradición idiosincrásica de Oaxaca. El sonido barroco extrovertido con sus vivaces trompetas pudo haber sido considerado como una distracción, una vergüenza o incluso un sacrilegio, y varios registros de trompetas horizontales (clarines) y/o interiores (trompeta real) fueron cancelados a partir de finales del siglo XIX. La transición entre ambas etapas fue gradual y fluida, con algunas excepciones, pero después del 1800, el estilo neoclásico se afianzó firmemente. Su influencia fue omnipresente en la decoración de órganos, retablos y los interiores de las iglesias, así como en la arquitectura religiosa, institucional y doméstica.

Los órganos de transición de Santiago Matatlán y Santiago Comaltepec datan de alrededor del 1800, en la cúspide del período neoclásico. 

El órgano de Matatlán combina columnas estriadas neoclásicas y cornisas segmentadas barrocas sin dentículos con una caja por demás neoclásica. El órgano de Comaltepec muestra cornisas y tallas caladas redondeadas al estilo barroco y una cruz en el remate.

ELEMENTOS CARACTERÍSTICOS DE LOS ÓRGANOS DE ESTILO NEOCLASICO

• Las cajas de los órganos no están pintadas o solo pintadas con tonos suaves o veteados imitando la madera o el mármol.
• Los tubos no se decoran.
• Dentículos o pequeños bloques de madera, se alinean bajo cornisas lisas en lugar de segmentadas.
• Las tallas caladas con motivos de follaje son puntiagudas y dentadas en lugar de circulares y redondeadas.
• La caja superior suele estar decorada con pequeñas urnas talladas, borlas y cortinajes.
• Las representaciones religiosas están ausentes o son discretas, por ejemplo, una cruz o las iniciales de la Virgen María rodeadas de un resplandor en el remate.
• Las tallas en forma de guardamalleta son frecuentes en las cajas inferiores hasta alrededor de 1850. El término está relacionado con las cortinas colgantes. Es interesante que las cajas inferiores de los órganos neoclásicos estuvieran decoradas con esta talla modesta, lo que no sucede en los órganos barrocos.

 Guardamalletas bajo las ventanas en el centro de Oaxaca.

ÓRGANOS CONTRASTANTES DE LA ÉPOCA NEOCLÁSICA

Los órganos de Santa María Reoloteca Tehuantepec y San Matías Jalatlaco, de construcción casi idéntica, se diferencian por el acabado de sus cajas. 

Fueron construidos en la misma época por miembros de dos familias organeras prominentes. El órgano de Reoloteca Tehuantepec es de José Mariano (Martínez) Bonavides y el órgano de Jalatlaco de Pedro Nibra. Al parecer, las familias se trataban y colaboraban entre ellas. El órgano de Jalatlaco, recientemente restaurado, fue pintado 14 años después de su construcción, en 1880. El órgano de Reoloteca nunca fue pintado y lamentablemente se encuentra deteriorado.

Dos de los órganos más recientes de los que se tienen registrados, uno construido en Oaxaca y el otro en Puebla, resaltan las diferentes tradiciones de la organería. 

El inusual órgano de 8´ de San Juan Bautista Coixtlahuaca construido por José Cano traspasa los límites del neoclasicismo con caprichosas tallas y pintura jaspeada que imita las vetas de la madera o el mármol embelleciendo la parte superior, los costados y la fachada de la caja. La influencia de la organería poblana es evidente en el perfil superior curvo entre las torres y los paneles laterales con rejitas. 

El órgano de 4´ de Santiago Tamazola, construido por Gregorio Miguel Castro, es un ejemplo típico de los órganos Castro fabricados para las comunidades de Oaxaca cercanas a la frontera con Puebla. El diseño de la caja superior y las celosías talladas son similares en ambos instrumentos, pero ahí terminan las similitudes. La caja inferior está adornada con paneles con casetones y, como todos los órganos construidos en Puebla, los costados son rectos.

LA REDECORACIÓN DE LOS ÓRGANOS REFLEJA UN GUSTO CAMBIANTE

Las tallas decorativas del órgano de San Pedro y San Pablo Teposcolula fueron doradas en 2010.

Las dimensiones y el perfil del órgano de Teposcolula se asemeja a los de Yanhuitlán, pero en una escala más modesta. La caja parece haber conservado un acabado natural hasta finales del siglo XIX o principios del XX, cuando fue pintada de blanco, igual al órgano de Tlaxiaco, con algunos toques de verde claro. El órgano conservaba un aspecto elegante con sus celosías delicadas y la concha, el símbolo de Santiago, en la parte inferior de las torres y el remate. Sin embargo, en 2010 un arquitecto decidió dorar las tallas decorativas para que el órgano luciera más impresionante, lo que provocó que la decoración se percibiera demasiado pesada en la parte superior. No existía evidencia física o de archivo que legitimara la intervención, por lo que solo puede considerarse un proyecto a capricho del arquitecto.

El órgano de la Basílica de la Soledad fue pintado en la década de 1970 por orden del sacerdote.

La caja y las tallas, profusamente decoradas pero deterioradas, fueron repintadas en tonos verdes y cafés apagados, y los tubos policromados de la fachada se cubrieron con un esmalte plateado. También se modificó la mecánica del órgano: se instaló un pedalero y se eliminaron los registros de trompetas. Durante la restauración de 1998, se recuperó la pintura original de la caja, aunque es de esperarse que los colores se desvanecieron. Los tubos de la fachada fueron pintados nuevamente con un sellador blanco de manera temporal en espera de una restauración completa de la decoración original. Desafortunadamente, este costoso proyecto nunca se materializó y el color blanco de los tubos desentona visualmente en este magnífico instrumento.

La apariencia de estos dos órganos fue modificada según las visiones personales de un sacerdote y de un arquitecto.

En La Soledad, el péndulo estético osciló del barroco (1719) al neoclásico (década de 1970) y viceversa (1998). En Teposcolula, osciló del barroco (década de 1750) al neoclásico (década de 1880) y luego al barroco extravagante (2010). Sin embargo, a pesar del aprecio que se tiene actualmente por el suntuoso arte barroco, la remodelación neoclásica que arrasó con las iglesias de Oaxaca a fines del siglo XIX y principios del XX es irreversible, ya que muchas de las originales obras de arte barroco desaparecieron para siempre.