El órgano de Santa María Tinú es desproporcionadamente grande para su pequeña iglesia de piedra y domina el espacio. Está situado en una tribuna al lado derecho, porque era demasiado alto para el coro. El órgano está sorprendentemente completo; no falta ni un tubo ni una tecla, y todas las trompetas horizontales están en su lugar. Cuando se alzan los fuelles desde el coro arriba, el órgano todavía gruñe y resuena. La decoración de la caja demuestra los elementos típicos de diseño neoclásico: dentículos bajo la cornisa, cascadas de borlas a lo largo de los lados, urnas decorativas sobre las torres planas y lambrequines (parecen goteros) en la fachada. Un medallón en el remate rodeado de una aureola revela las iniciales de la Virgen María. 

Este órgano es uno de los pocos de su época con el nombre del constructor del órgano y la fecha de construcción escritos dentro de la caja. Teóricamente, el órgano de Tinú sería un candidato ideal para una restauración, pero en términos prácticos sería complicado. El pueblo está relativamente aislado, con 172 habitantes, por lo que la iglesia está casi siempre cerrada. Sin embargo, los habitantes del lugar aprecian el órgano y los retablos barrocos de su iglesia y se preocupan por su mantenimiento.