iohio

SÉPTIMO FESTIVAL INTERNACIONAL

DE ÓRGANO Y MÚSICA ANTIGUA
OAXACA, MÉXICO

PRESENTACIÓN DE LOS TESOROS

DE SAN BARTOLO YAUTEPEC

18 – 23 DE FEBRERO, 2009

 

2009

 

Cerca de setenta amantes de los órganos históricos, de la música antigua y de la cultura oaxaqueña en general se dieron cita en Oaxaca este año para asistir a uno de los más espectaculares festivales que el IOHIO haya realizado hasta la fecha. Siguiendo la tradición establecida desde nuestro primer festival celebrado en el año 2001, este evento ofreció no sólo actividades musicales sobresalientes - seis conciertos de órgano, ensamble de cámara y coro; y dos clases magistrales impartidas por el reconocido organista y musicólogo italiano, Luigi Ferdinando Tagliavini - sino también conferencias sobre temas relacionados y viajes de campo para visitar instrumentos no restaurados. El estado de Oaxaca es uno de los pocos lugares en el mundo que cuenta con una concentración tan alta de órganos históricos tubulares y los festivales del IOHIO ofrecen una oportunidad única para conocerlos y escucharlos.

El estudio de los órganos históricos nos ha llevado a conocer aspectos muy relevantes de la historia y la cultura oaxaqueñas, más allá de los instrumentos en sí mismos, y que también hemos querido incluir en nuestros festivales. Tal fue el caso ocurrido en el Quinto Festival realizado en 2005, cuando se dio a conocer la transcripción y publicación de un libro de piezas para órgano compilado por una monja oaxaqueña en el siglo XIX. Dicha presentación se acompañó de conferencias y otras actividades relacionadas como parte del programa “Jornadas de Música en los Conventos de Monjas de México”.

De este modo, en esta ocasión el festival incorporó a su programa la “Presentación de los Tesoros de San Bartolo Yautepec”, en referencia a un acervo de libros antiguos y manuscritos descubierto en el templo de dicha población durante una visita realizada por el IOHIO en el año 2001 para registrar el órgano. En la colección se hallaban libros religiosos dominicos que contienen canto gregoriano y obras polifónicas (algunas en la lengua zapoteca) que datan del siglo XVIII temprano. Uno de ellos fue forrado con un códice prehispánico, el primero descubierto en esta región de la República Mexicana. La colección incluyó además partituras de música de banda de los siglos XIX y XX. Ahora se sabe que los documentos y partituras más antiguos tienen su origen en el seminario dominico de Nejapa, al sureste del estado de Oaxaca. Fueron llevados a San Bartolomé Yautepeque, nombre con el que era conocido el pueblo en la época colonial, por el seminarista Domingo Flores, originario de San Bartolo, donde permanecieron por casi 300 años. La música de los manuscritos nos permite entender la enorme importancia que los evangelizadores dominicos daban a la composición y a la difusión de la música sacra.

 

En el año 2007, la comunidad de San Bartolo Yautepec permitió el traslado de los documentos al taller de restauración de la Biblioteca Burgoa en el Centro Cultural Santo Domingo para su restauración y análisis. Luego autorizó al IOHIO a presentarlos y a la Biblioteca a exhibirlos durante el transcurso del Séptimo Festival. Gracias a este apoyo, fue posible revivir la música de los manuscritos y escucharla en uno de los espacios más espléndidos de México del siglo XVI, el exconvento de Santo Domingo de Guzmán.

  

18 de febrero (miercoles)

El Festival se inició con la primera de dos clases magistrales ofrecidas por el Mtro. Luigi Ferdinando Tagliavini en el órgano de San Jerónimo Tlacochahuaya. Dado que el Mtro. Tagliavini es el experto mundial en el tema de la música antigua italiana para instrumentos de teclado, el tema de las clases transcurrió en ese sentido. Entre los participantes se contó con organistas profesionales mexicanos de Morelia, Toluca y Querétaro, y una de Sao Paolo, Brasil, estudiantes de órgano de Oaxaca y la ciudad de México y alrededor de veinte oyentes de México, EE.UU. y Canadá.

 

           

  

 

Esa noche, en la Basílica de la Soledad, el organista mexicano Mtro. Víctor Contreras ofreció el Primer Concierto del Festival, un programa deslumbrante de obras de compositores españoles de los siglos XVI al XVIII.

 

 

19 de febrero (jueves)

El Mtro.Tagliavini ofreció su segunda clase magistral sobre la música italiana para órgano en Tlacochahuaya.  En las dos clases se dio un enfoque en la música de Girolamo Frescobaldi, aunque también se incluyeron piezas de otros compositores italianos.

 

 

 

 

 

 

 

En la tarde, los participantes se reunieron en la Biblioteca Francisco de Burgoa en el ex-convento de Sto. Domingo para asistir a la Inauguración del Festival a cargo de la directora del IOHIO, Mtra. Cecilia Winter, y su conferencia sobre “Los órganos históricos de Oaxaca y el trabajo desarrollado por el IOHIO”. La presentación incluyó los siguientes temas: antecedentes históricos de los órganos, la evolución de las técnicas de construcción y las tradiciones decorativas. Habló también de los proyectos del IOHIO encaminados a la documentación y conservación de los órganos, así como del programa de enseñanza dirigido a jóvenes oaxaqueños para que aprendan a tocarlos.

 

 

El Segundo Concierto del Festival en la Catedral de Oaxaca presentó los músicos mexicanos Mtros. Nadia Ortega, soprano, Sandi Schwarz, violín, y José Suárez, órgano,  en un programa sublime de obras de compositores italianos y alemanes de los siglos XVII y XVIII. El público que llenó la iglesia quedó embelesado por la bellísima música y la elegante presentación del ensamble.

 

20 de febrero (viernes)

Presentación de los Tesoros de San Bartolo Yautepec”. La Dra. María Isabel Grañen Porrúa, directora de la Biblioteca Burgoa, inauguró la exposición  “Los Baúles de Yautepec”, en referencia a las cajas de madera que contenían los manuscritos y que se encontraron en el coro alto del templo de Yautepec. Cecilia Winter dio una plática de introducción sobre el descubrimiento de los manuscritos y el proceso que se siguió para trasladarlos de la comunidad al taller de restauración de la Biblioteca Burgoa.

 

 

Fray Eugenio Martín Torres (Instituto Dominico de Investigaciones Históricas de Querétaro) habló después sobre el Libro de trabajo de Domingo Flores en el contexto de la evangelización dominica en Oaxaca de los siglos XVI al XVIII.

 

 

La siguiente conferencia ofrecida por los Doctores Javier Urcid (Brandeis University) y Bas van Doesburg (Coordinador Académico de la Biblioteca Burgoa), discurrió acerca de la descripción y análisis de las dos secciones de un códice prehispánico que fueron utilizadas para forrar un libro de canto gregoriano. Este descubrimiento tiene un impacto internacional, ya que son partes del sexto códice mántico conocido en México y podría ser el primero que es zapoteco y no mixteco de origen.

 

Al terminar las conferencias de la mañana, caminamos en procesión detrás de la banda del Espíritu Zapoteco de Yautepec rumbo al Museo Textil de Oaxaca para asistir a la inauguración de una exposición de tejidos de San Bartolo Yautepec organizada en coordinación con el Festival del IOHIO. Esta población es reconocida por la exquisitez de sus huipiles y el traje tradicional de las mujeres. La Sra. Nicolasa Pascual, una de las artesanas más sobresalientes de la comunidad, fue reconocida con una exposición de sus finos tejidos. Afortunadamente la técnica de elaboración artesanal se ha preservado hasta la fecha.

 

 

 

 

 

 

 

Las conferencias de la tarde se enfocaron en los manuscritos de canto gregoriano y de música de banda de los baúles de Yautepec. El musicólogo Mtro. Aurelio Tello (Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical o CENIDIM) presentó un análisis detallado de “Los papeles de música, los libros de canto llano y el cuaderno de polifonía de San Bartolomé Yautepeque, Oaxaca.”

 

El musicólogo Dr. Sergio Navarrete (Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social o CIESAS) habló sobre “Las partituras de música de banda de del siglo XIX tardío al XX temprano de San Bartolo Yautepec”, cuya diseminación e intercambio entre las regiones mixe, chontal y zapoteca refleja la ruta de evangelización dominica. Algunas piezas de los manuscritos fueron interpretadas más tarde por la banda mixe de Santa María Tlahuitoltepec. Las piezas más fascinantes fueron las selecciones de la Missa Prandis, música apreciada, copiada y distribuida en esas tres regiones étnicas hace más de 100 años y que todavía son conocidas en algunas comunidades hoy en día.

 

 

 

 

 

 

 

Por la noche, la Capilla Virreinal de la Nueva España dirigida por el Mtro. Aurelio Tello presentó el Tercer Concierto del Festival en el dramático ambiente del ex-convento de Santo Domingo. Este bellísimo concierto revivió algunas de las obras polifónicas del Libro de Domingo Flores, incluyendo tres villancicos en zapoteco. Más de 50 personas de San Bartolo Yautepec - autoridades municipales, integrantes de la banda del pueblo, artesanas, entre otros - se dieron cita en Oaxaca para este día tan especial para su pueblo. Quedaron asombrados por todas las actividades que tuvieron como origen el contenido de los baúles de su iglesia, pero sobre todo por la belleza de la música presentada esa noche en Santo Domingo.

 

21 de febrero (sabado)

Este día fue dedicado al tradicional recorrido a la Mixteca Alta para visitar órganos restaurados y no restaurados. La primera parada se hizo en el templo del siglo XVII de Santa María Tiltepec. Muy apreciado por los historiadores del arte por su fachada ricamente tallada en piedra, el templo también alberga uno de los órganos más antiguos de Oaxaca (1703), que es singular en su decoración y su técnica de construcción.

         

Santa María de la Natividad Tamazulapan fue la sede del Cuarto Concierto del Festival.  La Capilla Virreinal de la Nueva España dirigida por el Mtro. Aurelio Tello ofreció un programa “Polifonía en lenguas indígenas de la América colonial”, que fue intercalada con algunas piezas ejecutadas en el órgano procesional ubicado en un balcón alto de la iglesia. Después del concierto, los becarios de Tamazulapan presentaron un corto programa. Asistieron a este concierto muchas personas de la comunidad que se mostraron muy contentos al escuchar el órgano tocado por sus propios jóvenes.

            

 

La siguiente parada se hizo en San Juan Bautista Coixtlahuaca, reconocido por su capilla abierta, su magnífico templo y ex-convento del siglo XVI. Se pudieron ver los dos órganos no restaurados que representan dos estilos distintos de la organería oaxaqueña: un instrumento monumental de 1876 y un pequeño órgano procesional finamente decorado, construido ca. 1725-30 (sólo se conserva la caja exterior).

                        

Finalmente, nuestro traslado a San Andrés Zautla, en donde se llevó a cabo el Quinto Concierto del Festival, fue facilitada por Caminos y Puentes Federales (CAPUFE) que cada año apoya nuestro festival abriendo un acceso directo a Zautla por la barrera lateral de la autopista, ahorrándonos así una hora de viaje.  La banda del pueblo tocó selecciones de música oaxaqueña, mientras que las señoras nos ofrecieron un rico estofado en el patio detrás de la iglesia. El bellísimo órgano de Zautla, construido en 1726, lució mucho en este alegre concierto que incluyó a los músicos José Suárez y Sandi Schwarz (violín), Barbara Owen, Laura Carrasco, Luigi Ferdinando Tagliavini y Cecilia Winter, además de una becaria del pueblo.

 

           

 

22 de febrero (domingo)

El Sexto Concierto del Festival, tocado por el Mtro. Luigi Ferdinando Tagliavini en Tlacochahuaya, cerró la parte musical con broche de oro. El título de su imaginativo programa fue “Música organística española, mexicana e italiana en paralelo” y estuvo conformado por la yuxtaposición de piezas con temas y expresiones musicales parecidos. El órgano, construido alrededor de 1725-1730, es mundialmente reconocido por su bello sonido, su excelente restauración y hermosa policromía que luce espléndido con la decoración interior del templo.

  

23 de febrero (lunes)

El último evento del festival fue la visita a la comunidad de San Bartolo Yautepec, cuyos tesoros culturales fueron tan exaltados durante los días anteriores. Tres grandes vehículos llenos de aventureros viajaron hacía el Istmo de Tehuantepec, al sureste del estado. En el camino se hicieron paradas en Santa María de la Asunción Tlacolula y en San Dionisio Ocotepec para admirar las iglesias y sus órganos policromados del siglo XVIII.

     

Al acercarnos a San Bartolo Yautepec, fuimos sorprendidos por un gran grupo de personas de la comunidad paradas en el camino. Las autoridades municipales, los integrantes de la banda y los bailarines vestidos con el traje tradicional, se habían reunido en la entrada del pueblo para recibirnos oficialmente. Después de intercambiar palabras de bienvenida por parte del pueblo y de agradecimiento por parte del IOHIO, todos seguimos en procesión a la banda, acompañados por el ruido de los cohetes, rumbo al atrio de la iglesia.

 

 

 

 

 

 

Subimos al coro alto para ver el órgano y la exhibición de los instrumentos antiguos de banda que ahí se conservan. Fue un placer hablar con las personas de la comunidad sobre el órgano, su historia y su funcionamiento, ya que, para la mayoría de ellos, era la primera vez que subían al coro y veían el órgano.

 

 

 

Gozamos de una rica barbacoa de venado (común en esta región) preparada por las señoras de San Bartolo. Afortunadamente sobró suficiente comida para que todo el pueblo, de aproximadamente 700 personas, pudiera comer a gusto después de nuestra partida.

 

Un grupo de jóvenes presentó un bailable tradicional, muy apreciado en la comunidad, que se había revivido y ensayado para la ocasión. Para completar su traje, las muchachas buscaron entre las ancianas del pueblo sus antiguos enredos, que ya prácticamente no se usan.

 

 

Este evento aumentó la conciencia en la comunidad de  San Bartolo Yautepec sobre su rico patrimonio cultural, que tanto las autoridades, como el IOHIO y otras instituciones de apoyo han intentado reforzar desde entonces. Como resultado de ese trabajo, podemos enorgullecernos de los siguientes logros:

  • Animada por su presentación en Oaxaca durante el festival, la banda se ha reorganizado y está haciendo un gran esfuerzo para mejorar su nivel. Se va a incluir en un programa del gobierno del estado que reemplaza los instrumentos inservibles por nuevos y proporciona capacitación continua a los directores locales de las bandas oaxaqueñas. El antiguo director, de 82 años de edad, tuvo que dejar su puesto hace varios años cuando ya no pudo ver, y por esa razón se empezó a desintegrar la banda. Pero gracias al apoyo de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca y la iniciativa del IOHIO, se sometió a una operación de cataratas de los dos ojos y pudo recuperar la vista. Actualmente ha regresado a la banda como asesor del director actual.
  • Sólo un 30% de la música polifónica del Libro de Domingo Flores fue transcrita y presentada por Aurelio Tello durante el festival. Se tiene contemplado la transcripción de las piezas faltantes, la publicación del libro completo y la grabación de la música.
  • El pueblo ha tomado la iniciativa de revivir el lenguaje materno, un dialecto de zapoteco, que actualmente habla sólo la gente mayor. Las autoridades están negociando con los maestros sobre la posibilidad de apartar un tiempo en el día escolar para que los hablantes de zapoteco puedan enseñar a los jóvenes.
  • Un arqueólogo del INAH fue invitado a hacer un recorrido por una zona arqueológica inexplorada del tipo fortaleza que mira hacía la población de San Bartolo, para llevar a cabo un posible proyecto de rescate.

Nos enteramos después del festival que algunos de los pueblos vecinos lamentaron no contar con un órgano cuando se dieron cuenta de todas las consecuencias positivas que esto ha traído para San Bartolo. Es nuestra esperanza que la experiencia de esta comunidad oaxaqueña sirva de ejemplo a otras poblaciones en el sentido de que recuperar y preservar la cultura tradicional puede llevar a beneficios inesperados para todos.

El Séptimo Festival dejó ver las múltiples facetas que conlleva el estudio de los órganos oaxaqueños. Mientras que a través de los órganos restaurados se puede transmitir la música más sofisticada de la tradición artística europea, todos los órganos, particularmente los que ya no funcionan, nos conectan al contexto cultural actual que es particularmente oaxaqueño.

 

El IOHIO agradece el apoyo de las siguientes instituciones:

Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca A.C
Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)
Arquidiócesis de Antequera Oaxaca
Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Oaxaca
Instituto Italiano de Cultura
Universidad de Valladolid, España
Biblioteca Francisco de Burgoa
Centro Cultural Santo Domingo
Caminos y Puentes Federales (CAPUFE)

 

Además agradece mucho el apoyo de las siguientes empresas oaxaqueñas:

Hotel Anturios
Hotel Casa Arnel
Hotel de la Parra
Hotel Marqués del Valle
Hotel Parador San Agustín
Hotel Principal
Hospedería La Reja
Hostal de la Noria
Proveedora Gráfica de Oaxaca